¿Y dónde marcar la línea divisoria?
No hay línea divisoria; es muy fluida. Hay novelas políticas extraordinarias a las que no se les puede acusar de no ser literarias. Yo recuerdo una de las novelas políticas más impresionantes que he leído: “La marcha Radetzky”, de Joseph Brodsky, un escritor austriaco. Es una novela extraordinaria sobre el fin del Imperio Austro-Húngaro. Él escribió muy claramente pensando en una actualidad y, sin embargo, la novela trasciende esa actualidad y vale para cualquier país. Es un caso interesantísimo. No hay muchos, pero hay algunos: yo admiro muchísimo “La condición humana”, de Malraux, una novela clarísimamente política.
No hay línea divisoria; es muy fluida. Hay novelas políticas extraordinarias a las que no se les puede acusar de no ser literarias. Yo recuerdo una de las novelas políticas más impresionantes que he leído: “La marcha Radetzky”, de Joseph Brodsky, un escritor austriaco. Es una novela extraordinaria sobre el fin del Imperio Austro-Húngaro. Él escribió muy claramente pensando en una actualidad y, sin embargo, la novela trasciende esa actualidad y vale para cualquier país. Es un caso interesantísimo. No hay muchos, pero hay algunos: yo admiro muchísimo “La condición humana”, de Malraux, una novela clarísimamente política.
si bien en la actualidad hay mucha producción cultural y esta se ha difundido en la vida contemporánea más que en el pasado, al mismo tiempo es una cultura mucho más superficial, más frívola y donde hay mucho menos jerarquías reconocidas. “En nuestra época es difícil saber qué cosa es importante, qué cosa es superficial, quién un gran artista, quién es un gran embaucador, porque la frivolidad ha entrado y ha distorsionado completamente las tablas de valores”
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