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Wednesday, February 1, 2012

Vargas Llosa -Modernidad y realismo político









Los repetidos fracasos, las enormes desigualdades económicas y sociales, el sufrimiento que las repetidas desventuras políticas han ido sembrando por todo el continente, poco a poco han ido empujando a las sociedades latinoamericanas hacia los consensos democráticos, el primero, el de coexistir en la diversidad política sin entrematarse, acatando los veredictos electorales, la renovación periódica de los gobiernos, el respeto a la libertad de expresión y al derecho de crítica, la aceptación de la propiedad, de la empresa privada y del mercado como mecanismos indispensables del desarrollo económico. Todo ello ha ido imponiéndose poco a poco, por la fuerza de las cosas, a través de la evolución de una derecha y una izquierda que, no sin reticencias y traspiés, han ido renunciando a sus viejas obsesiones excluyentes y violentistas, y cambiando de métodos.

Wednesday, January 4, 2012

Guillermo Cabrera Infante - Cuba "Mea Culpa"

Enrique Krauze. Redentores -la historia con sujeto



Sunday, October 2, 2011

Enrique Krauze - Tierra de redentores

Tierra de redentores

En la larga vigencia del culto heroico y el mito de la Revolución convergen dos autores clásicos: Thomas Carlyle y Carlos Marx. Al ensayista e historiador escocés se debe la idea de que la historia no tiene más sentido del que le confiere la biografía de los "Grandes Hombres", en particular la de los inspirados "héroes" políticos como Oliver Cromwell o el Doctor Francia, que prescindieron de las instituciones democráticas por considerarlas una parafernalia inútil. (Varios tiranos latinoamericanos como el venezolano Juan Vicente Gómez, a quien un reconocido historiador llamó "Hombre de Carlyle", siguieron ese libreto). A propósito de la Historia de la Revolución Francesa de Carlyle, Carlos Marx (que lo admiraba) escribió en 1850: "Le corresponde el crédito de haber combatido en la arena literaria a la burguesía... de una manera, por momentos, revolucionaria". El problema -agregaba Marx- es que "a sus ojos, la apoteosis de la Revolución se concentra en un solo individuo... Su culto a los héroes... equivale a una nueva religión". Pero también Marx creía que la apoteosis de la Revolución se concentraba en un solo protagonista

... colectivo: el proletariado, las masas. Y ese culto, con el tiempo, "equivalió" también a "una nueva religión". El siglo XX probó que las simpatías entre ambos pensadores eran mayores que sus diferencias: solo se requería la aparición de un héroe carlyleano que asumiera la Sagrada Escritura de Marx. Ese personaje fue Lenin, y tras él irrumpieron en la escena varios otros: "El Dios trascendente de los teólogos...", escribió Octavio Paz, "baja a la tierra y se vuelve 'proceso histórico'; a su vez, el 'proceso histórico' encarna en este o aquel líder: Stalin, Mao, Fidel".

Sunday, March 13, 2011

Daniel Bell -crítico de los totalitarismos

A todo intelectual de izquierda le llega tarde o temprano su Kronstadt.

A Daniel Bell lo vacunó contra el fanatismo ideológico un clásico del anarquismo. Tras una filiación inicial a la Liga Socialista de los Jóvenes en su natal Nueva York, derivó al estudio académico de la sociología. En 1933, cuando la victoria electoral de Hitler impulsó a muchos de sus amigos a incorporarse al Partido Comunista, Bell visitó a Rudolf Rocker, quien puso en sus manos La tragedia rusa y la rebelión de Kronstadt, de Alexander Berkman. Esa lectura fue suficiente, si no para alejarlo del socialismo, sí para convertirlo en un perpetuo menchevique: socialista en economía y conservador en cultura. En cuanto a la política, Bell se volvió un liberal clásico. Asimiló muy pronto la lección del siglo XX contenida en la grave profecía de Max Weber contra el apego irracional a la “ética de la convicción”, ese fanatismo –a un tiempo asesino y suicida– que degradó moralmente a Lukács y sacrificó a Ernst Toller. En aquel ensayo de Bell entendí que las célebres conferencias de Weber en 1920 (su testamento político e intelectual) estaban dirigidas (como un llamado de desesperación) a aquellos dos discípulos suyos (Lukács y Toller) descarriados por la fuerza irracional de las ideologías totalitarias que dominarían al siglo XX y de las que Bell fue, a un tiempo, analista, crítico y profeta de su destrucción.