skip to main |
skip to sidebar
Poesia - Eduardo Chirinos - No tengo ruiseñores en el dedo
Los que quieran tener una idea de cómo ha ido evolucionando, en su fase madura, la poesía de Eduardo Chirinos (Lima, 1960) deberían consultar al menos tres de sus libros: Abecedario del agua (2000), Breve historia de la música (2001) y No tengo ruiseñores en el dedo (2006), que corresponden a su obra escrita en Estados Unidos, donde vive desde la década de los noventa y donde es profesor en la Universidad de Montana. Esas obras demuestran la forma sutil e intensa con la que se apropia de estímulos que pertenecen a otros órdenes de la experiencia estética para elaborar un mundo verbal que es, a la vez, personal, reconocible y remoto; ilumina la propia vida al proyectarla sobre las que otros, tiempo atrás, vivieron o imaginaron. En el segundo libro mencionado, por ejemplo, los poemas se construyen como reelaboraciones o ecos de composiciones del repertorio clásico y cuya modulación evoca la atmósfera del modelo musical que lo inspira. El nuevo libro del autor confirma aquel rasgo y, en cierta manera, lo agudiza. La organización del libro es muy rigurosa y significativa. Los trece textos que contiene llevan numeración, además de sus respectivos títulos; cada uno tiene una estructura fija de diez partes. Esta precisa disposición recuerda un poco la de otra colección de Chirinos: Catorce formas de melancolía, que apareció en una edición privada en 2007, pues presenta otras tantas variantes sobre el motivo del título. Aunque cada uno de los textos de Humo de incendios lejanos ha sido concebido como un poema (en algún caso, se lo indica explícitamente: el texto 1 se titula “Poema de amor con rostro oscuro”), pueden también ser leídos de otra forma: como si fuesen una serie de diez pequeños poemas que giran alrededor de un tema; es decir, como variaciones o “suites” (en el sentido musical del término). Ese efecto está subrayado por el hecho de que el ritmo de los versos tiende a ser constante, con un limitado registro de tonos y timbres, pero sobre todo por tener una inflexión narrativa: nos cuentan una historia –siempre fragmentaria o elíptica–, una fábula que ya fue contada en otro tiempo o lugar, pero reinterpretada por él. Humo de incendios lejanos, de Eduardo Chirinos
No comments:
Post a Comment