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John Lanchester -Marx a los 195
Antes de reflexionar acer-ca de lo que Marx hubie-ra pensado de un mundocomo el nuestro, debe-mos empezar por aclararque él no era empírico.No creía que pudiéramosllegar a la verdad sólo contomar trozos de informa-ción de nuestra propiaexperiencia, data points según los científicos, conlos que después integraríamos una imagen de la rea-lidad compuesta de los fragmentos recopilados. Elpensar que muchos de nosotros actuamos casi siem-pre de este modo provoca una ruptura importanteentre Marx y lo que hoy conocemos como sentido co-mún, noción que, por cierto, el mismo Marx detesta-ba: la veía como la forma en la que determinado or-den, ya fuera político o social, transforma su propiaconstrucción de la realidad en un conjunto de ideasaparentemente neutral que después será considera-do parte natural de las cosas. Ya que el empirismotoma sus pruebas de un orden preexistente de lascosas, tiene la cualidad innata de aceptar como rea-lidad hechos que no son más que la prueba de prejui-cios subyacentes y de presión ideológica. Para Marx,el empirismo fue y será un método para confirmar elstatu quo. A él le habría disgustado en especial aque-lla tendencia moderna de debatir a partir de los “he-chos”, como si fueran trozos neutrales de la realidad,libres de cualquier marca histórica, interpretación osesgo ideológico, así como de las circunstancias mis-mas que los originaron.
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