Un día el adolescente Rimbaud le escribió una carta a Paul Verlaine y le adjuntó varios poemas. Verlaine quedó asombrado y le contestó a vuelta de correo: "Ven, querida gran alma. Te esperamos, te queremos". Junto con la carta Verlaine le mandó un billete de tren a París. Rimbaud llegó en septiembre de 1871. El choque emotivo fue terrible. Verlaine abandonó a su esposa y a su hijo recién nacido y comenzó a vivir una aventura homosexual con Rimbaud cuando este todavía con cara de niño tenía ya un alma negra. En plena y mutua tempestad viajaron a Inglaterra, a Holanda, a Alemania. Se amaban en oscuros jergones, se peleaban en las tabernas, iban por las calles como dos vagabundos rehogados en ajenjo, alucinados por el hachís y escribían poemas visionarios. En julio de 1873, después de una violenta pelea de celos en la mansión de la Rue de Brasseurs de Bruselas, Verlaine le disparó en la muñeca. Temiendo por su vida, Rimbaud llamó a la policía. Verlaine fue condenado a dos años de prisión. Al salir se volvieron a encontrar en Alemania y en otra disputa Rimbaud le rajó la cara con una navaja. Fruto de esta experiencia fueron Iluminaciones y Una temporada en el infierno, las dos obras de Rimbaud que inauguraron la estética moderna. Tenía 19 años. Ya había llegado el momento de sentar la cabeza. Rimbaud quería ser rico, quería ser en un caballero. Se convirtió al catolicismo y dejó de hacer poesía, que consideraba una forma de locura.
Tuesday, August 31, 2010
Arthur Rimbaud: cargado con el rumor de agua y de vientos
Wole Soyinka. El sentido de la vida
La globalización es inevitable. Uno tiene que aceptar que la globalización ha formado parte del mundo desde que se empezó a viajar. La expansión de las religiones es una forma de globalización y el comercio ha transferido la cultura, las costumbres y las convenciones de un sitio a otro. Esto tiene a veces como resultado una colisión, y otras veces, una simbiosis. El cristianismo intentó globalizar el mundo. El islam, también. Y, en la actualidad, algunos aspectos del islam siguen queriendo globalizar el mundo. La cultura en sí, en términos generales, se está globalizando. El problema empieza cuando la globalización se vuelve peligrosa, cuando la salud económica de una zona se consigue a expensas de un lugar más débil en el que los bienes se exportan de tal forma que hace que otros países se conviertan en marionetas. Y así nos encontramos con esas empresas manufactureras en Filipinas que fabrican allí una sudadera que luego se envía a Europa, donde se vende muy cara, mientras que los trabajadores están cobrando el sueldo mínimo. Ese es el aspecto de la globalización que me parece negativo y degradante. Pero en cuanto a la circulación de bienes, si funciona no necesariamente con una igualdad absoluta, sino simplemente con respeto a los seres humanos que los fabrican y a su cultura, si ayuda a fomentar esa cultura, la globalización debe considerarse positivamente. Así que no es la globalización per se, sino la recolonización de otras partes del mundo a través de medios económicos, lo que es negativo. Es negativa la banalización de los valores, la creación del consumismo como menor denominador común. Mucha gente reacciona ante expresiones como “globalización” como si el diablo estuviera a punto de entrar en la conversación, pero yo veo la globalización como la consecuencia inevitable de que se hayan acortado las distancias. ¿Cómo puede no haber globalización si puedes estar sentado en un rinconcito de un minarete en Irán y comunicarte con el resto del mundo? Este hecho, a pesar de las tristes restricciones que aíslan a sociedades, ya ha englobado el mundo y, en cierto sentido, los países retrógrados y regímenes malvados como el de Irán reciben los efectos liberadores de la globalización.
Sunday, August 29, 2010
“Through the Language Glass: Why the World Looks Different in Other Languages”
English does oblige you to specify certain types of information that can be left to the context in other languages. If I want to tell you in English about a dinner with my neighbor, I may not have to mention the neighbor’s sex, but I do have to tell you something about the timing of the event: I have to decide whether we dined, have been dining, are dining, will be dining and so on. Chinese, on the other hand, does not oblige its speakers to specify the exact time of the action in this way, because the same verb form can be used for past, present or future actions. Again, this does not mean that the Chinese are unable to understand the concept of time. But it does mean they are not obliged to think about timing whenever they describe an action.
When your language routinely obliges you to specify certain types of information, it forces you to be attentive to certain details in the world and to certain aspects of experience that speakers of other languages may not be required to think about all the time. And since such habits of speech are cultivated from the earliest age, it is only natural that they can settle into habits of mind that go beyond language itself, affecting your experiences, perceptions, associations, feelings, memories and orientation in the world.
various experiments have shown that grammatical genders can shape the feelings and associations of speakers toward objects around them. In the 1990s, for example, psychologists compared associations between speakers of German and Spanish. There are many inanimate nouns whose genders in the two languages are reversed. A German bridge is feminine (die Brücke), for instance, but el puente is masculine in Spanish; and the same goes for clocks, apartments, forks, newspapers, pockets, shoulders, stamps, tickets, violins, the sun, the world and love. On the other hand, an apple is masculine for Germans but feminine in Spanish, and so are chairs, brooms, butterflies, keys, mountains, stars, tables, wars, rain and garbage. When speakers were asked to grade various objects on a range of characteristics, Spanish speakers deemed bridges, clocks and violins to have more “manly properties” like strength, but Germans tended to think of them as more slender or elegant. With objects like mountains or chairs, which are “he” in German but “she” in Spanish, the effect was reversed.
Wednesday, August 25, 2010
Monday, August 23, 2010
Sunday, August 22, 2010
Saturday, August 21, 2010
Friday, August 20, 2010
Iraq: 800.000 millones de dólares
Tuesday, August 17, 2010
Monday, August 16, 2010
Wednesday, August 11, 2010
Tony Judt
Born in London in 1948, Judt grew up in war-shattered Britain in a Jewish household steeped in Marxism, an experience he would later say inured him to sectarian politics. He was a man of the left who belonged to no party or ideological faction: a collection of his essays from the last twenty years, Reappraisals, includes a withering assessment of the historian and unrepentant Communist Eric Hobsbawm, and a pungent attack on American liberals who supported the Iraq War. Judt opposed that war but supported NATO intervention in Bosnia and Kosovo, not because he lacked clear principles but because, as he told the British magazineProspect recently, “I don’t believe that one should have one-size-fits-all moral rules for international political action.”